Diferencias entre producción porcina en granjas y traspatio
En el sector porcino, coexisten dos modelos de producción bien diferenciados: las granjas industriales y los sistemas de pequeña escala o traspatio. Cada uno de estos enfoques presenta características y desafíos específicos.
Las granjas industriales se caracterizan por una alta tecnificación y automatización de sus procesos. Cuentan con instalaciones modernas, sistemas de alimentación y climatización automatizados, y rigurosos protocolos de bioseguridad. Esto les permite alcanzar una mayor eficiencia productiva, con altas tasas de crecimiento y conversión alimenticia. Sin embargo, requieren de una mayor inversión de capital y suelen contar con un mayor impacto ambiental debido a la concentración de animales.
Por otro lado, los sistemas de traspatio o pequeña escala son más comunes en comunidades rurales y periurbanas de Venezuela. Estos se basan en un manejo más artesanal y con menor grado de tecnificación. Los cerdos se crían en espacios reducidos, con alimentación a base de desechos orgánicos y subproductos agrícolas. Si bien la productividad suele ser menor, estos sistemas tienen la ventaja de requerir una menor inversión inicial y de generar un impacto ambiental más acotado. Además, permiten a las familias campesinas diversificar sus fuentes de ingreso.
Ambos modelos de producción porcina tienen sus fortalezas y debilidades. Las granjas industriales han logrado posicionarse como la principal proveedora de carne de cerdo a nivel nacional, mientras que los sistemas de traspatio siguen jugando un papel fundamental en el abastecimiento local y en el sustento de pequeños productores.
La combinación de estos enfoques, junto con el apoyo de políticas públicas y programas de asistencia técnica, puede contribuir a fortalecer de manera integral la cadena de valor porcina en Venezuela, atendiendo a las necesidades de los distintos actores del sector.