El poder de llevar alimentos a la mesa
Cuando como consumidores acudimos a los establecimientos para adquirir los alimentos que nuestras familias necesitan, lo hacemos de forma simple y rutinaria. Muy pocas veces nos detenemos a pensar en todo lo que hay detrás de lo que llevamos a la mesa.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) los sistemas alimentarios están compuestos por procesos que permiten llevar los alimentos desde la granja hasta el plato, lo que involucra un conjunto de actividades necesarias para la producción, procesamiento, transporte, consumo e incluso la gestión de residuos de los alimentos consumidos.
Pensemos ahora en los sectores que deben estar enlazados dentro de un sistema alimentario: producción, transporte, transformación industrial, tecnología, comercialización, servicios financieros, entre otros. En realidad, son muchas las piezas que se necesitan para armar este rompecabezas, y cuando una empresa es la responsable de alinear y poner en marcha a todos los actores en conjunto para que los alimentos lleguen del campo a la mesa, su compromiso es grande y la responsabilidad con el bienestar, la nutrición, la calidad de vida, el desarrollo y la soberanía alimentaria del país se convierte en un motor para trabajar con intensidad y efectividad, con el fin de cumplir con su noble misión.
Además, es importante entender que el deber de las empresas agroindustriales no radica solo en llevar los alimentos hasta la mesa del consumidor, sino también en hacerlo con las mejores condiciones de calidad y precio.
Con respecto a la calidad, el cuidado de los procesos y el cumplimiento de la normativa sanitaria, son fundamentales para garantizar la adecuada nutrición de las familias y la preservación de su salud; mitigando los riesgos que puedan afectar la condición de los alimentos en las operaciones de producción, transporte y transformación por las que deben pasar para llegar al alcance del consumidor.
A esta preocupación por la calidad e inocuidad de los alimentos entregados, se le suma la necesidad de mejorar continuamente la eficiencia de los procesos, para bajar las estructuras de costos y lograr que el poder adquisitivo del consumidor le permita tener acceso a los alimentos que requiere, de la forma como los prefiere y en el momento en el que los necesita.
Analizar lo anteriormente planteado, entender la complejidad de los procesos asociados y la responsabilidad que involucra el llevar los alimentos a la mesa del venezolano, hace que en Grupo JHS nos sintamos orgullosos de contar con el talento humano formado, sensibilizado y comprometido, haciendo el mejor uso de las capacidades productivas, logísticas, tecnológicas y financieras, para día a día desempeñar con éxito nuestro rol en cada uno de los eslabones del sistema alimentario donde participamos.
Todo esto para contribuir, como reza en nuestra misión, con el desarrollo y bienestar del país, haciendo llegar a la mesa del venezolano productos agroindustriales alcanzados bajo altos estándares de calidad, productividad, competitividad e innovación.
De cara al futuro, nuestras empresas asumen con la mayor responsabilidad el reto de mejorar constantemente sus procesos, para hacerlos más eficientes, rentables y capaces de enfrentar los desafíos que la producción de alimentos tiene en pro de las personas y del medio ambiente.
La evolución de los sistemas alimentarios es fundamental para avanzar hacia el cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible, que buscan satisfacer las necesidades actuales de la población sin dañar el medio ambiente ni comprometer la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer sus necesidades alimentarias.
Con esta premisa como norte, en Grupo JHS creemos en los nuestro y producimos en Venezuela los alimentos que la mesa del venezolano necesita.
Andrónico Varela, vicepresidente del Grupo JHS.