Técnicas para optimizar el agua en una granja avícola
En la producción avícola moderna, el agua se debe proporcionar lo más limpia posible para evitar la contaminación con microorganismos. Además, el agua de buena calidad es muy importante para una buena digestión y para crear una flora intestinal sana, que ayudará al ave a absorber todos los nutrientes esenciales y así ellas puedan expresar todo su potencial genético (producir carne y producir huevos de consumo).
Por lo tanto, hay aspectos que siempre se deben mantener con sumo cuidado para garantizar el rendimiento y la salud de las aves:
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Monitoreo constante de la calidad del agua:
Análisis físico-químicos periódicos (PH y dureza).
Evaluación microbiológica para detectar patógenos.
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Tratamiento del agua:
Desinfección: Uso de productos adecuados (cloro, peróxido de hidrógeno entre otros) para eliminar bacterias y virus.
Filtración: Eliminación de partículas y sedimentos que puedan contaminar el agua.
Ajuste de PH: Garantizar un pH óptimo para la salud de las aves (3ppm).
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Diseño y mantenimiento de sistemas de suministro:
Tuberías limpias y desinfectadas: Evitar la proliferación de bacterias.
Bebederos adecuados: Fácil acceso y limpieza.
Presión de agua adecuada: Garantizar un consumo óptimo (100 ml/min).
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Control de la temperatura del agua:
Especialmente en climas cálidos, evitar el agua demasiado caliente.
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Aditivos en el agua:
Vitaminas y minerales: Complementar la dieta, especialmente en épocas de estrés.
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Bioseguridad:
Limpieza y desinfección periódica de instalaciones: Evitar la contaminación del agua.
Control de plagas: Insectos y roedores pueden contaminar el agua.
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Beneficios de optimizar el agua:
Mejor salud intestinal: Menor incidencia de enfermedades.
Mayor productividad: Mejor conversión alimenticia (kg alimento/caja de huevos producidas) y crecimiento durante el levate.
Menor mortalidad: Reducción de pérdidas económicas.
Mayor bienestar animal: Acceso a agua limpia y fresca.
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Consideraciones adicionales:
Tipo de ave: Las necesidades de agua varían según la líneas genética (ponedoras, reproductoras pesadas y pollos de engorde) y edad.
Clima: Las altas temperaturas aumentan el consumo de agua.
Recomendaciones
Asesoramiento de un especialista: Un médico veterinario puede realizar un diagnóstico preciso y recomendar las medidas más adecuadas.
Programas de mantenimiento preventivo: Garantizar la calidad del agua a largo plazo.
Capacitación del personal: Conocer los protocolos de manejo del agua.